El sindicato CIG lleva meses enzarzado en una disputa con la empresa Celta Prix, concesionaria de la gestión de personal del parque de bomberos de O Morrazo. Con la negociación del nuevo convenio colectivo de trasfondo, la central protesta por lo que entiende como "represión sindical". Celta Prix despidió esta semana a un trabajador, hermano de otro que también fue expulsado en una maniobra que un juez declaró improcedente.
Pedro Pérez, responsable de negociación colectiva de CIG-Servizos, asegura que tanto a los dos hermanos como al delegado de personal se les abrieron expedientes de forma arbitraria y se dictaron sanciones injustificadas de forma continuada. El objetivo, a su juicio, es evitar que la CIG tenga mayoría de representantes de cara a la negociación del convenio colectivo, que atañe también a los parques de Porriño y O Salnés.
En la empresa no parecen preocupados por las quejas sindicales. "Me da exactamente igual lo que diga la CIG", asegura el responsable de recursos humanos, Santiago Barbeito. "Si se abrieron expedientes fue por un motivo, no injustificadamente", responde. Sobre el despido improcedente declarado por el juez, aduce: "Hoy en día es harto difícil que un juzgado de lo Social le dé la razón a una empresa [en una disputa laboral]".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de julio de 2010