Celebración de la Copa del Mundo / SAMUEL SÁNCHEZ
El éxtasis de la victoria
Cesc centró a Iniesta y este disparó a puerta. Duró un instante, unas décimas, pero el tiempo se paró en Madrid. Fue eterno e instantáneo a la vez. Luego, una explosión de júbilo como pocas veces se ha visto en esta ciudad. Los cientos de miles de personas que se reunieron en Cibeles, pero también en las plazas, bares y casas de toda la Comunidad, gritaron hasta quedarse roncos.