El Departamento de Interior del Gobierno vasco está acelerando la reorganización de la división de información, análisis y antiterrorismo de la policía autonómica, en la que estaban destinados los dos ertzainas imputados por espiar presuntamente para el PNV a políticos de otros partidos. El equipo al frente de Interior, comandado por el consejero, Rodolfo Ares, estudiaba ya una reforma organizativa profunda, en busca de más eficacia, controles y garantías en el trabajo de esas unidades tan sensibles, conformadas en muchos casos atendiendo más a la confianza política que a cualquier otro factor.
La reorganización afectará tanto a la estructura como a las personas, según ha podido saber este periódico. Uno de los cambios pasa por lograr una mayor centralización, para acabar así con la dispersión de destinos por distintas comisarías, en algunas de las cuales, han criticado medios sindicales, ni siquiera se ha visto nunca a agentes supuestamente destinados a ellas.
El Gobierno vasco cambiará personas y forzará controles internos
Afectará al área antiterrorista, a la que pertenecen los agentes implicados
La imputación de dos ertzainas, y la sospecha de que existe un colectivo más amplio al servicio del PNV, va a imprimir rapidez máxima a la reestructuración, acentuando además "los mecanismos internos de control". Se trata, señalaron esos mismos medios, "de evitar que circunstancias como estas se vuelvan a repetir". Pero no solo eso. También se busca que esta unidad se convierta "en un verdadero núcleo de investigación de cuanta información llega a la Ertzaintza" que la dote de eficacia. La unidad antiterrorista de la Ertzaintza sufrió varias crisis durante el último mandato de Juan José Ibarretxe. Además de la falta de resultados en la lucha antiterrorista, vio cómo en 2005 y 2007 se sustituía a sus máximos responsables y se apartó a los agentes y mandos con más experiencia en detener etarras.
En relación con la imputación de esos dos miembros de la unidad, la información hallada en el ordenador del ex número dos del PNV de Álava, Aitor Telleria, indica que la presunta trama de espionaje político se inició en 2008, señalaron a EL PAÍS fuentes próximas a la investigación. Fue por tanto durante el anterior Gobierno vasco, presidido por Ibarretxe.
Sin embargo, no se descarta que, según avancen las pesquisas se averigüe que esas prácticas se remontan a años anteriores. Los primeros indicios señalan que las vigilancias se han mantenido en el último año, con el nuevo Ejecutivo socialista vasco, ya que en la unidad antiterrorista en la que estaban los dos ertzainas imputados apenas ha sufrido cambios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de julio de 2010