Gianni Versace fue asesinado a tiros el 15 de julio de 1997 en las escaleras de Casa Casuarina, en el 1116 de Ocean Drive, la mansión que poseía en el paseo de Miami Beach. Regresaba tras su habitual paseo matinal. Andrew Cunanan, el asesino con el que había tenido relaciones días antes, huyó tras dispararle. Una semana después fue hallado muerto en un yate atracado unos kilómetros más al norte. Se había suicidado con la misma pistola.
Ahora, Casa Casuarina, tras una larga etapa en la que ha acogido visitas y ha funcionado como residencia, restaurante y club privado, vuelve a renacer. Se ha convertido en un pequeño hotel de superlujo con 10 suites que oscilan entre los 1.000 y los 4.000 euros la noche. A pesar de los precios, ya hay lista de espera para pasar una noche en la mansión que un día fue de uno de los grandes de la moda.
"Villa by Barton G.", como se conoce al nuevo hotel, cuenta además con un restaurante para 70 comensales. Todas las instalaciones están regentadas ahora por Barton G. Weiss, un conocido restaurador que lleva también el centro de conciertos de Miami y que ha alquilado la mansión por 10 años, con opción a 10 más. Es el último inquilino de una casa cuya historia nunca ha estado exenta de morbo.
La primitiva Casuarina fue construida en 1930 por Alden Freeman, el heredero de la petrolera Standard Oil, arquitecto, filántropo y político. En 1937, tras la muerte de Freeman, la casa fue comprada por Jacques Amsterdam, que le puso su apellido, Amsterdam Palace, y creó lo que fue el primer hotel-residencia, con 22 apartamentos.
En 1992, Versace pagó 2,5 millones de euros para tener una vivienda fija en el centro del ambiente que le gustaba de Miami Beach, y la renovó con su particular sello decorativo, que todavía conserva. Alternó así sus estancias en South Beach con la casa que tenía en el lago Como, cerca de Milán, hasta su muerte antes de cumplir los 51 años.
Su hermana Donatella vendió Casa Casuarina en el año 2000 al magnate de las telecomunicaciones Peter Loftin por casi 16 millones de euros. La residencia pasó a ser un club privado para reuniones y fiestas. Hacerse socio costaba más de 40.000 euros y una cuota anual de 3.000. En 2004 empezó a alquilar las 10 suites en que había dividido Versace y a cobrar 40 euros a los turistas por visitarla. En agosto de 2009, el primer intento de Loftin de alquilar la mansión terminó muy mal, pues lo hizo a Scott Rothstein, un abogado de Fort Lauderdale, conocido como el Maddof de la Florida, acusado de estafar 1.000 millones por lo que cumple 50 años de cárcel. Bartin G. Weiss parece de momento un tipo de fiar. Se ha gastado cerca de 1,7 millones en arreglos para satisfacer los deseos de exquisitos, nostálgicos o morbosos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 2010