Peridis dibuja a Rajoy cómodamente tumbado sin hacer nada. Esa es su realidad en el pleno del Parlamento, debate del estado de la nación: clamorosa ausencia del presidente del Partido Popular y supuesto líder de la oposición. Rajoy ya nos había dado muestras de su incapacidad para tomar decisiones, castigar corrupciones, presentar propuestas, y su desprecio por el presidente del Gobierno; estos días ha dejado claro su desinterés por la res publica, su desdén por los restantes grupos parlamentarios. La actividad y el ideario político de Rajoy se reducen al "quítate tú para ponerme yo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de julio de 2010