Con lágrimas en los ojos, con dolor y con impotencia. Así recibieron ayer por la mañana los vecinos de dos inmuebles de Collado Villalba la noticia de que no podrán ni siquiera entrar a recoger sus pertenencias en sus casas en ruina. El lamentable estado en que se encuentran los inmuebles hace pensar a los técnicos que pueden venirse abajo en cuestión de minutos. Dentro, recuerdos y casi 40 años de vida en estos 16 pisos que no han soportado el paso del tiempo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de julio de 2010