A Suzuki le han echado el salvavidas. Es el equipo del Mundial de MotoGP que peor lleva la limitación a seis motores por piloto que se ha impuesto este 2010. Tanto Álvaro Bautista como Loris Capirossi han roto ya dos motores, alguno de ellos con muy pocos kilómetros. La escasa fiabilidad hubiera terminado por llevar a la marca a salir desde el pit lane (pasillo de garajes) diez segundos después de la salida del resto de las motos en algún que otro gran premio. Lo que hubiera asestado un golpe casi definitivo a la firma, que pasa apuros económicos y cuyos resultados tampoco ayudan. Pero Dorna, organizadora del Mundial de motociclismo, y la asociación de constructores (MSMA) han decidido echarle una mano. Cada piloto de Suzuki tendrá tres motores más.
Una excepción no exenta de polémica que será aprobada dentro de tres semanas, en Brno, en la reunión de la Comisión de los Grandes Premios. La asociación de constructores ha presentado a esta Comisión una propuesta por la cual aquel constructor que no haya ganado ningún gran premio en los dos años anteriores pueda disponer de tres motores de más, sin ser penalizado. Solo hay una marca que cumple este requisito: Suzuki. No es más que un formalismo por el que poder ayudar a la fábrica.
La decisión es polémica por lo que tiene de trato de favor. "Las reglas son las mismas para todos, ¿no?", se preguntaba el jueves Dani Pedrosa, que temía que la ampliación de motores terminara beneficiando a su gran rival, Jorge Lorenzo, que rompió un motor en Alemania. Además del mallorquín, Stoner, Hayden y Barberá ya han cancelado uno de sus seis motores por superar el límite de kilómetros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de julio de 2010