El Gobierno ofertará cada año 1.800 plazas en talleres de reeducación vial, como pena alternativa a los trabajos en beneficio de la comunidad, para quienes hayan cometido delitos relacionados con la seguridad en las carreteras. Así lo anunció ayer en Bilbao el viceconsejero de Justicia, José Manuel Fínez, tras valorar "de forma muy positiva" la experiencia piloto desarrollada hasta este mes, en la que han tomado parte más de 350 conductores. Casi un 90% de los inscritos han superado con éxito el período de formación.
Desde mayo se han realizado un total de 14 talleres en las tres capitales vascas que han acogido a 164 alumnos en Bilbao, 107 en San Sebastián y 85 en Vitoria. Nueve de cada diez participantes han sido hombres y el aprobado ha sido generalizado, aunque Vizcaya ha registrado los mejores resultados. Sólo 41 infractores han suspendido el curso, algunos de ellos por no acudir a ninguna de sus sesiones. El juzgado se encargará ahora de definir las nuevas penas a las que tendrán que hacer frente por sus delitos.
Cada taller ha constado de 20 horas distribuidas en viernes o sábados a lo largo de cuatro semanas. "No se trata de enseñar las señales, sino de provocar la reflexión y facilitar el debate sobre las posibles consecuencias de infringir las normas de seguridad vial", explicó ayer Ramón Palomino, uno de los profesores, quien destacó la implicación de los participantes. Fínez añadió que con los cursos se consigue la doble finalidad de "reeducar" a los infractores y "desatascar" el cumplimiento de las penas alternativas a los trabajos en beneficio de la comunidad, que en ocasiones prescribían por falta de plazas.
Dado el éxito de la medida, el Gobierno prolongará la experiencia piloto hasta final de año con 720 nuevas plazas que se ofertarán en colaboración con Instituciones Penitenciarias. A partir de 2011, el número se elevará hasta 1.800 cada ejercicio. Con ellas, según el viceconsejero, "se dará respuesta a la demanda", pese a que unos 3.000 conductores son sancionados por delitos de seguridad vial cada año. Muchos, sin embargo, no cumplen los requisitos para sustituir sus penas por la participación en los talleres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de julio de 2010