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Análisis:EL ACENTO

Don Raúl del alma blanca

El Real Madrid tiene, aparte de una historia que lo hace grandioso, la suerte de haber contado con futbolistas que han marcado su trayectoria con un sello blanco que los hace inolvidables. Raúl González, que acaba de despedirse del club, es uno de esos emblemas.

Uno de esos futbolistas se ganó el tratamiento de don. Don Alfredo di Stéfano. Ahora estamos ante don Raúl González. A

los futbolistas se les distingue pocas veces con el don. El Barça, por ejemplo, tuvo a don Antonio Ramallets, su extraordinario portero, que aún pasea su estampa por los graderíos. El Athletic de Bilbao tuvo a José Ángel Iribar, pero al gran portero vasco no le trataron de don nunca.

A Raúl González lo empujó Jorge Valdano a la titularidad cuando era aún un chiquillo, hace 16 temporadas. Y ha seguido siempre con la pasión de un aficionado. Uno de los peores vicios de la profesionalidad es abandonar la pasión de los aficionados. Y Raúl siempre ha sido un aficionado al fútbol, hasta el último instante de su carrera en el Real Madrid.

Tanto ha abrazado el fútbol como juego y oficio que no se ha retirado a los campos fáciles del extranjero, sino que ha ido a una liga muy competitiva, la alemana, para seguir convirtiendo su sueño en un esfuerzo que le reivindique como jugador de fútbol hasta el último suspiro de sus energías.

En este recorrido Raúl González ha demostrado por qué se merece el don que tiene también Di Stéfano, y que tendría también Zidane si no fuera tan raro decir don Zinedine. Don Raúl ha sido tan apasionado como capitán que incluso se ha extralimitado en la tarea de acompañar al entrenador en el difícil control del vestuario.

Ha sido, un poco como lo fue Hierro, un Pepito Grillo de la acción presidencial, y hasta el último instante ha sido tan leal a su club que lo ha dejado sin meter ningún palo en sus ruedas. Como todo no puede ser idílico hay que recordar que cuando le sustituyeron en la selección nacional recurrió a su propio ego. No tenía que señalarse tanto la camiseta con el 7 que creyó usurpado. Ya sabíamos que era Raúl. Don Raúl, futbolista del Real Madrid. Sus botas jugarán en Alemania, pero su alma es blanca.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 2010