Tony Hayward, máximo responsable de la petrolera BP, ha admitido que el desastre del golfo de México "nunca debió haber ocurrido" y ha pedido disculpas a todo el pueblo de Estados Unidos por el accidente. Parece que ya se ha encontrado a quien castigar.
Y ¿cuál es el castigo? Una pensión de 715.000 euros anuales tras su despido. O sea, que le piensan reducir a la condición de dosmileurista diario. Además, Hayward percibiría una cantidad de más de un millón de euros, equivalente a la cuantía de su sueldo anual más incentivos. Incentivos que se supone que ha justificado, por lo cual le han ofrecido una alternativa a la retirada en la dirección de la petrolera rusa TNK-BP, en la que British Petroleum cuenta con el 50% de participación.
No es que yo proponga el supuesto castigo a los antiguos médicos en China -los decapitaban si se les moría un paciente a causa de su negligencia, ojo por ojo-, pero mientras este sea el coste a asumir por los responsables de los desastres -ecológicos, financieros, etcétera- lo más probable es que las medidas para tratar de evitarlos continúen siendo totalmente ineficaces, incluso en teoría.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 2010