"Estaba recogiendo los platos cuando un vecino nos avisó de que había una columna de humo. Nos reunimos en la plaza del pueblo [Vilopriu] y unos cuantos, como no teníamos cobertura, fuimos a Colomers para hablar con la gente que vivía más cerca del incendio y ver cómo estaban. Al poco llegaron los Mossos a desalojar". Es el relato que hace Judit Nadal, geóloga de 37 años, del incendio que metió ayer el miedo en el cuerpo a Girona. El fuego se inició junto a la carretera en Vilopriu (Baix Empordà) y quemó 130 hectáreas. A las ocho de la tarde las llamas ya no devoraban más bosque. 100 personas fueron temporalmente desalojadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de julio de 2010