La Iglesia católica suprimió la figura teologal del Limbo. Pero, vaya, vaya, resulta que últimamente tenemos limbos terrenales de toda condición. Limbo jurídico, humanamente cruel e inadmisible, se llamó al encarcelamiento macabro de supuestos terroristas musulmanes en la base estadounidense de Guantánamo, Cuba.
Y ahí sigue ese limbo, con algún preso menos, cuando -sorpresas que da la vida-, ante la excarcelación de presos políticos de la dictadura castrista acogidos por España con la colaboración de la Iglesia católica cubana, el anterior presidente de nuestro país, con su proverbial y privilegiada elocuencia, no tiene empacho en llamar limbo jurídico a tal acogimiento de cubanos y sus familias por un Estado de derecho como el español.
Lego en derecho y diplomacia internacionales, me decanto por el desbloqueo europeo y estadounidense contra los cubanos, ellos padecen el bloqueo y sufren la cruel dictadura castrista. No es para echar cohetes lo que ha hecho España con los excarcelados, pero equiparar esa situación, en sí positiva, a un limbo jurídico es, como poco, un despropósito de ignorancia atrevida y alevosa. Qué casualidad ignorar el limbo de presos musulmanes en la base estadounidense de Guantánamo y menospreciar la excarcelación de presos cubanos a instancias de España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de agosto de 2010