Aún no eran las tres de la tarde de ayer cuando la hordas vikingas volvieron a desembarcar en las costas de Catoira. Fue entonces cuando los lugareños salieron a defender las Torres del Oeste (hoy en ruinas) del ataque de los drakkar (los barcos que usaban los vikingos). La recreación de las incursiones vikingas se celebran en Catoira desde 1960. En la edición de ayer, además del tradicional desfile de grupos folclóricos, hubo espacio para dos orquestas que amenizaron la verbena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de agosto de 2010