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Cae una red que concertó 100 bodas fraudulentas

Rubí iba camino de sustituir a París como ciudad del amor de la mano de una funcionaria del Registro Civil. Pero la policía ha truncado el glorioso destino de esta ciudad del área de Barcelona (73.000 habitantes) que, para más inri, comparte nombre con la piedra preciosa que simboliza la pasión amorosa. Auspiciados por la funcionaria y por un familiar suyo que es abogado (ambos están ahora detenidos) decenas de parejas han acudido a Rubí para darse el sí quiero: unos para ganar dinero; los otros, con intención de legalizar su situación en España.

Una operación del Cuerpo Nacional de Policía ha destapado una red dedicada a concertar matrimonios de conveniencia entre extranjeros sin papeles -casi todos, de origen sudamericano- y españoles sin recursos que se prestaban al paripé por menos de 500 euros. La colaboración de la alcahueta del Registro Civil lo hacía todo más sencillo. La mayoría de las bodas blancas o fraudulentas (un centenar) ni siquiera se celebraban: la funcionaba firmaba lo que tenía que firmar y facilitaba a los recién casados el libro de familia, con el que el extranjero podía iniciar los trámites para quedarse en el país.

La mujer y su familiar -un hombre de origen colombiano que regentaba una gestoría en Terrassa- convirtieron a Rubí en una de las ciudades con mayor índice de bodas por habitante. Algo especial debía de tener Rubí para que personas que residen fuera de Cataluña (en Madrid y la Comunidad Valenciana) la escogieran para casarse.

3.000 euros por enlace

Tanta boda levantó las sospechas de la policía, que en agosto del año pasado planteó el caso a una juez de Rubí. Para su sorpresa, la magistrada ya había detectado anomalías e imputado a la funcionaria. Desde entonces, los agentes han detenido a 123 personas. Entre los implicados están los novios, la funcionaria, el abogado y una serie de colaboradores que se dedicaban a captar a los extranjeros en zonas con alta población inmigrante. Cada uno de ellos pagaba 3.000 euros a la organización por el enlace.

Casarse con alguien por dinero no es un delito, sino un ilícito civil. Si te descubren, pierdes los privilegios obtenidos con la boda. En este caso, la tarjeta de residente de familiar comunitario. El problema es que, para celebrar las bodas, la banda tenía que falsificar numerosos documentos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de agosto de 2010