El obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, dedicó parte de su homilía de ayer a la nueva ley del Aborto, que ha cumplido un mes de vigencia, y a la que calificó de "inicua". Asurmendi presidió la misa en honor de la Virgen Blanca, celebrada en la iglesia de San Miguel de la capital alavesa, y señaló que en un momento de "crisis económica y moral" como el actual, es necesario "devolver la dignidad de todos los seres humanos".
El prelado cargó contra la modificación de la ley del Aborto y recalcó: "Pretende darnos un derecho que no tenemos sobre la vida del no nacido". A lo que añadió que "la mujer de fe pone su confianza en Dios y respeta la vida de una criatura hija de Dios".
En el acto estuvieron presentes el alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, el diputado general de Álava, Xabier Agirre, y el presidente de las Juntas Generales, Juan Antonio Zárate. Asurmendi también tuvo palabras sobre la eutanasia al referirse a "los ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad" y pidió ayuda para los colectivos más desfavorecidos, entre los que citó a pobres, parados, inmigrantes y jóvenes sin vivienda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de agosto de 2010