Thomas Lawrence (1769-1830), uno de los grandes retratistas británicos, fue durante décadas relegado por los manuales de pintura a causa de sus líos amorosos. Ahora, la National Portrait Gallery de Londres lo reivindica a través de una exposición única que comienza en octubre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de agosto de 2010