No hay razón aparente para explicar su gesto extremo, el de matar a su hermana, sordomuda pero no dependiente, y suicidarse. Amador Seijas, de 66 años, padecía una depresión, aunque leve, según sus familiares, y una enfermedad, pero nada que fuese terminal. En su entorno familiar más inmediato, su esposa y sus dos hijos adultos, no se explican qué pudo llevar al hombre el domingo pasado a coger una escopeta, pegar un tiro en la cabeza a su hermana María Emilia y luego quitarse la vida de la misma manera.
El trágico suceso ocurrió en la casa familiar de Seijas, en el municipio coruñés de Bergondo, que Amador compartía con su víctima y su mujer. Ésta fue la que, sobre las 20.30 horas del domingo, al regresar al domicilio familiar, encontró los dos cuerpos sin vida en sendos charcos de sangre. Ningún vecino, en la zona rural donde se encuentra la vivienda, escuchó los disparos.
Los cadáveres siguen en el depósito del juzgado de instrucción de Betanzos, a la espera de serle practicada la autopsia, mientras la Guardia Civil continúa su investigación para tratar de aclarar los motivos de este crimen. Fuentes del instituto armado descartaron considerar el suceso como un caso de violencia doméstica. "Es una tragedia familiar", alegaron.
La víctima, María Emilia Seijas, de 75 años de edad, llevaba toda la vida residiendo con su hermano. Su minusvalía física no le impedía valerse por sí misma. Vivía en la casa de la parroquia de Sobredaigrexa, en Guísamo, con su hermano y su cuñada. El cuerpo de la mujer apareció con un tiro en la cabeza en un anexo de la vivienda.
Amador Seijas era muy conocido en la comarca por haber regentado diversos establecimientos hosteleros, como una parrillada y el restaurante de una estación de servicios del municipio donde vivía. Pero ya estaba jubilado. Tenía cita con el médico para hoy por la enfermedad que padecía desde hace años. Para sus familiares, ni su dolencia ni la depresión que sufría desde hace pocos meses son motivos para explicar la decisión de matar a su hermana y quitarse luego la vida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de agosto de 2010