La cantidad media de agua embalsada en los pantanos del río Júcar en los últimos 10 años ronda los 822 hectómetros cúbicos. Este año, sin embargo, sus reservas ascienden a 1.745 hectómetros cúbicos, más del doble.
La explicación a esta abundancia se encuentra en la cantidad de agua de lluvia recogida durante el invierno y la primavera en la Comunidad Valenciana. Tomando los datos de febrero de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en la Comunidad llovió un 7% más que la media del periodo de referencia, esto es de 1971 a 2000. Durante la primavera, en los meses de marzo, abril y mayo, las precipitaciones recogidas de media, 162 litros por metro cuadrado, aumentaron un 27% respecto al periodo de referencia. En junio, la lluvia forzaba de nuevo la media hasta superarla en un 60%, mientras que julio guardaba las formas con nueve litros por metro cuadrado. Tras dos estaciones de lluvia abundante, Aemet pronosticó a mitad de junio que este verano sería entre uno y dos grados más cálido de lo normal, por lo que era conveniente comprobar el estado de los embalses de la región. Así, a día de ayer, las reservas de los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) doblaban a las que han tenido de media en los últimos 10 años; más aún, en comparación con los datos del año pasado, los pantanos del Júcar tienen 706 hectómetros cúbicos más de agua. De esa manera, la CHJ, a 31 de julio, destacaba que no había riesgo de desabastecimiento de agua en toda la Comunidad y que solo en una pequeña zona del norte de Castellón, Cenia-Maestrazgo, se estaba en un nivel de prealerta, segundo escalón de cuatro en niveles de alarma por sequía. Así, el sistema de embalses Júcar-Turia es el más beneficiado de las lluvias de este año, con varios de sus pantanos a más del 90% de su capacidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de agosto de 2010