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Obras contra turistas en Xàbia

Caos en la principal zona turística del pueblo por unas obras iniciadas ahora y que debieron ejecutarse con carácter de urgencia tras la riada de 2007

Hace 48 horas que la calle Tomillo de Xàbia ha perdido la razón de ser de su bucólico nombre: ahora es un caos sonoro de tubos de escape y bocinazos. Un coche con matrícula francesa, que se incorpora desde una parcela y sabe que no tiene preferencia, advierte a otro vehículo que transita por el vial que va a pasar. Y pasa. Y se produce un nuevo parón en el tráfico. Colas kilométricas. Minutos y más minutos a pleno sol para circular por una de las zonas turísticas más emblemáticas de Xàbia.

La historia oscila entre el tono cómico y el absurdo. El Ayuntamiento de Xàbia ha decidido emprender en pleno agosto de 2010 unas obras para encauzar el barranco del Tosalet que han obligado a interrumpir el tráfico de la principal carretera de la zona, la de la Guardia, y que se programaron con carácter de urgencia justo tras la riada de octubre de 2007, hace casi tres años. Pero la palabra emergencia perdió pronto su significado entre los laberintos burocráticos de las diferentes administraciones: del Consell, que rehuyó financiar unas obras consideradas tan urgentes hace 3 años, cuando todos los estamentos prometían actuaciones inmediatas tras la riada; de la Diputación, empeñada en recortar la cuantía de esas ayudas; y del Ayuntamiento, incapaz de agilizar la licitación de las obras.

El lunes, al fin, la piqueta comenzó a actuar. Pero al interrumpir el tráfico de la Guardia ha sido necesario desviar el tránsito que se desplaza no sólo a El Tosalet sino al marasmo de complejos que se extienden hasta el cabo de la Nao y la Granadella. La zona está colapsada y ha habido varios accidentes leves. Las tradicionales estampas turísticas han desaparecido: los residentes no pueden pasear ni ir en bicicleta.

"El Tosalet se ha vuelto un lugar peligroso y tememos que antes de que acabe el verano haya accidentes graves", señaló un portavoz de los vecinos. El corte de la Guardia se prolongará durante un mes, por lo que los propietarios han presentado una avalancha de reclamaciones al Ayuntamiento, que ayer guardaba silencio. No obstante, fuentes municipales matizaron que el Consistorio no es el responsable del retraso y que era preciso iniciar las obras para no perder la ayuda del Gobierno (50%) o de la Diputación (25%).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de agosto de 2010