No puedo estar más de acuerdo con Rafael Sánchez Ferlosio, al que considero uno de los pensadores actuales más lúcidos. El deporte es una actividad inane, carente de contenido, pero que ha sido aupada a posiciones aberrantes dentro de nuestra sociedad.
¿Por qué se le concede esa importancia -económica, social, política, hasta cultural- a una actividad en sí misma insignificante y que debería estar reducida a sus límites exactos de mero juego?
Rafael Sánchez Ferlosio apunta hacia ese curioso maridaje con el patriotismo y ambos fenómenos le parecen reprobables.
Yo añadiría: ¿por qué le conceden tanto espacio los medios de comunicación al fenómeno deporte? ¿Solo por el aspecto económico? No lo creo así. ¿Y por qué callan como muertos -con honrosas excepciones, como se ve- los intelectuales ante un fenómeno tan disparatado e hipertrofiado en nuestra sociedad?
Pienso que hay una falta de reflexión total ante el deporte en esta sociedad que despilfarra, penosamente, sus recursos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de agosto de 2010