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Crítica:

La verdad del juguetito de la aristocracia

Él escribió: "¿Por qué no puso límites a mis afectos del mismo modo que los puso a mis proporciones?". Él era Joseph Boruwlaski, un hombre cuya estatura en edad adulta solo alcanzó los 99 centímetros. La pregunta la contiene una carta que dirige a Isaline Barboutan, una dama de altura corriente y 15 años más joven. Boruwlaski (Chaliez, Polonia) tenía 40 años y la misiva lleva fecha de octubre de 1779. Escritas en francés, sus memorias se publicaron en versión bilingüe inglés y francés en 1788. Ahora se traducen al castellano. En ellas, se muestra agradecido con los nobles a los que entretuvo y de quienes obtuvo protección. Tampoco pone reparo a su condición de siervo para divertir: "Gente de placer" como se les llamaba. Culto, buen conversador y músico, Boruwlaski recorrió Europa como protegido. Pero este curioso y singular libro que transcurre en época convulsa señala a nobles y aristócratas sin ponerlos en cuestión, sin poner reparo a ese afán de poseer a personas con algún desorden de naturaleza física. Sin embargo, Joujou (juguetito), como llamaban a Boruwlaski, se muestra intimista al contar sobre lo que significó tener que persuadir a quienes le rodeaban de que no era un niño. Es sincero, directo e inteligente al explicarlo. Y dice que las mujeres con sus risas indiscretas y las burlas sobre su altura no hicieron sino curarlo de una timidez "que parecía corresponder a mi talla". Por otro lado, no oculta ni pasión ni deseo y cuando se enamora se muestra persistente, aunque tiene un lado oscuro: no admite el no por respuesta (propio también de tantas épocas). Boruwlaski expone su amor a Isaline con romanticismo y habla de superar el ridículo de una pareja desigual con argumentos que enternecen. Pero ella, desconcertada y más tarde enfadada, le responde con elegancia: "Confieso que sus razonamientos honran a su espíritu y a su corazón, pero ¿acaso le he dicho yo que pensara casarme?". Sí, Boruwlaski era también vanidoso, pues sintió orgullo por declarar su amor y poco le importó la respuesta. Estas son unas memorias de interesante lectura, con un prólogo de Víctor D. Zamorano que abre el apetito sobre otros libros sobre personajes cuyas rarezas físicas los convirtió en ilustres acompañantes de los nobles de una época. Boruwlaski murió en Durham (Inglaterra) a los 98 años. Más de medio siglo atrás había conseguido que la madre de Isaline le permitiera la boda con esta. De Isaline, con quien tuvo tres hijas, poco más se supo, pero ella le había dejado claro en una carta que no lo quería como marido. "Puede hacer un contrato de matrimonio con arreglo a los usos, puede incluso hacer que lo firme, llevarme a la iglesia y casarme con usted, pero no dejará con ello de ser mi pequeño Joujou". ¿Qué fue de Isaline Barboutan?

Memorias del célebre enano gentilhombre polaco

Joseph Boruwlaski.

Traducción de Verónica Fernández Camarero.

Lengua de Trapo. Madrid, 2010.

134 páginas. 16,50 euros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de agosto de 2010