Mientras su Gobierno afronta las críticas por proponer retirar la nacionalidad a los inmigrantes que delincan, Nicolas Sarkozy y Carla Bruni permanecen ajenos al escándalo y buscan una playa sin multitudes para disfrutar de sus vacaciones en Cap Nègre, en la Riviera francesa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de agosto de 2010