Fue alumno de Arrieta, se graduó con Bretón y dio clases a Falla. Está claro que Ruperto Chapí (Villena, 1851-Madrid, 1909) estaba predestinado a ser una figura dentro de la música española de la transición del siglo XIX al XX. Su objetivo fue dignificar el género chico y hacer de él un ejemplo de lo que podría ser la ópera en español.
Su zarzuela La Revoltosa es una obra completa, con una rica orquestación y pasajes memorables en la línea de lo conseguido por Barbieri y Arrieta, y su preludio es claramente operístico. Ahora llega al Teatro de Madrid con la mezzosoprano Pilar Belaval y el barítono Guillermo de Mesa, que también dirige la producción. Del jueves 19 al domingo 22, a las siete de la tarde, en un programa que incluye también El bateo, un sainete con libreto de Alfonso Paso y una música puramente madrileña compuesta por Federico Chueca.
Para los amantes de la música antigua, en la iglesia de la Purísima Concepción de Los Molinos tocará esta noche a las 20.30 el conjunto El Arte Mvsico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de agosto de 2010