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CARTAS AL DIRECTOR

Provocaciones de Marruecos

No se trata de ser potencia colonial porque no es el caso. Pero ante la situación de boicoteo del abastecimiento que impone el denominado Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla, con la anuencia del Gobierno marroquí, el cual participa en la creación del conflicto elevando protestas al Gobierno español por supuestos tratos vejatorios a inmigrantes en los pasos fronterizos, lo que cabe demostrar es firmeza. Cuando los actores de unas provocaciones no desisten de la actitud de enfrentamiento que juzgan positiva a sus reivindicaciones, hay que mostrar la convicción de la razón.

Es evidente que Rabat no renuncia a la reclamación de soberanía sobre las ciudades españolas del norte de África, y periódicamente reabre un conflicto que pone al borde de la ruptura las relaciones entre ambos países. Si, a pesar de las explicaciones y la diplomacia, no se convence al discrepante, habrá que responderle con hechos que pongan de manifiesto la firmeza de nuestra posición.

Y esa posición es que Ceuta y Melilla son territorios españoles que no aceptan ningún chantaje. Hay que demostrar que estas ciudades no dependen del intercambio con Marruecos, antes al contrario. El boicoteo se combate demostrando que el abastecimiento de víveres y de relaciones comerciales puede ser suplido de inmediato desde la Península, haciendo que el tiro les salga por la culata y sean ellos los que padezcan las consecuencias de sus propias provocaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de agosto de 2010