Ahora sale González Pons diciendo que no tenemos ministro de Asuntos Exteriores y que nos tenemos que valer del Rey para recomponer las relaciones diplomáticas con Marruecos. Se le olvida a este personaje que fue el presidente Zapatero quien recompuso dichas relaciones, deterioradas por la soberbia del ex presidente Aznar con su famoso asalto a mano armada del islote Perejil.
Cuando no es González Pons, es De Cospedal, acusando a nuestro Gobierno de espionaje y escuchas ilegales contra su partido, sin aportar ningún tipo de pruebas. Basta ya de cortinas de humo para enmascarar sus numerosos casos de corrupción. ¿Dónde está su famoso código ético? Si de verdad tienen recetas mágicas para salir de la crisis, ¿por qué no las aplican en las comunidades donde gobiernan?
¿A quiénes quieren engañar?
No más insultos ni descalificaciones, no solo a nuestro Gobierno, sino a la inteligencia de todos los españoles. ¿Nos toman por tontos?.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de agosto de 2010