A nadie le gusta que nos suban los impuestos. Todo aquello que signifique rascar el bolsillo tiene una primera reacción de enfado. ¿Y con quién nos vamos a enfadar? Está claro: con el Gobierno que decreta esa subida. Pero no se pueden, ni se deben, hacer juicios apresurados.
Lo primero que se nos pasa por la cabeza es que tenemos un Gobierno socialdemócrata, un Gobierno de izquierdas, que debería contribuir a la redistribución de la riqueza, de las prestaciones y del bienestar social, a través de los impuestos.
Una política fiscal socialista debe estar basada en distribuir las cargas fiscales de tal forma que paguen los que más tienen, para que los beneficios sociales lleguen a todos por igual.
En Europa, los países que han logrado un mayor progreso y un mayor bienestar social han sido los que primero aplicaron impuestos justos y equitativos. La derecha no lo quiere, como es lógico. Pero la izquierda tiene que hacerlo y explicarlo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de agosto de 2010