En estos días estamos viendo cómo miles de personas se están quedando en tierra sin poder llegar a sus destinos de vacaciones por culpa de la huelga que están haciendo algunas compañías de autocar. A pesar de las molestias que supone para la gente normal, entre la cual me incluyo, considero legítima y necesaria la protesta de los trabajadores, ya que entiendo que se está cometiendo un abuso por parte de las empresas del sector.
Las ansias por obtener cada vez unos mayores beneficios les llevan a echar a parte de los trabajadores a la calle y a congelar el salario o disminuirlo a los demás. Parece que ya no se conforman con tener la concesión, por parte de la Administración pública, del monopolio de explotación de ciertas rutas. Aún quieren más.
Sinceramente, soy de los que piensa que este tipo de abusos se terminaría rápidamente si se permitiera la libre competencia y el cliente se beneficiaría al verse reducidos los precios de los ahora nada baratos billetes para viajar en autocar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de agosto de 2010