La cuarta brigada Stryker, de la II División de Infantería del Ejército estadounidense, cruzó en la madrugada de ayer la frontera de Irak hacia Kuwait. La larga fila de los transportes militares dejaba atrás siete años de guerra que costaron la vida a unos 100.000 civiles y a más de 4.400 militares estadounidenses. Formalmente, así ha acabado la segunda guerra del Golfo declarada por EE UU en marzo de 2003, sobre la que el ex presidente George W. Bush clamó victoria demasiado pronto y cuyo final no es el esperado.
La ocupación militar deja tras de sí un país arruinado. El 23% de la población está por debajo del nivel de pobreza y no tiene perspectivas de mejorar. El país lleva cinco meses sin Gobierno y la violencia se ha recrudecido. Julio fue el mes más sangriento en dos años.
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En Irak quedan ahora 56.000 soldados de EE UU. Unos 6.000 se marcharán a finales de mes y el resto se quedará para labores de apoyo a la misión diplomática estadounidense y de entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes hasta el 31 de diciembre de 2011.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de agosto de 2010