Cuando parecía que el debate sobre la subida de impuestos en España había amainado, el comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, aparece y lo reaviva. "Claro que hay que subirlos", responde el ex secretario general del PSOE en una entrevista concedida a Vanity Fair.
Almunia considera que es necesario incrementar los tributos en "aquellos países en los que la presión fiscal es más baja que las necesidades que se quieren financiar". Un grupo en el que se englobaría a España que, según datos de Eurostat relativos a 2008, tiene un porcentaje de impuestos sobre la riqueza del país ocho puntos por debajo de la media europea. Una situación que le equipara a países como Irlanda o Lituania.
Además, el político vasco reconoce la imposibilidad de tomar medidas contra la crisis que no afecten a todos los ciudadanos, y remarca la necesidad de que "todo el mundo contribuya". Aunque el comisario matiza que deberán ser aquellos que más tienen los que "más se rasquen el bolsillo".
En relación con el futuro del Estado de bienestar, Almunia se muestra convencido de su supervivencia, pero afirma que no será igual al que se conocía hasta ahora.
Estas declaraciones se sitúan en línea a la "reflexión" realizada por el ministro de Fomento, José Blanco, que esta semana calificaba de "muy baja" la tributación en España y dejaba abierta la posibilidad de subir los impuestos para hacerlos "homologables al resto de países europeos". Una opción que el miércoles pasado y delante del propio Blanco la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, rechazaba, aunque dejando abierta la posibilidad de realizar "algún pequeño ajuste" para las rentas más altas.
Falto de rigor
El antiguo ministro de Trabajo se muestra también a favor de llevar a cabo una reforma laboral que califica de necesaria. Para Almunia es imprescindible resolver un problema que provoca que cada vez que hay una caída en la actividad económica en España se dispare el desempleo a una velocidad muy superior a la del resto de Europa.
A pesar de esto, elude nombrar medidas concretas. "Eso ya es más difícil", afirma. En lo que no duda es en lamentar el ambiente, falto de "seriedad y rigor", en el que se ha llevado a cabo el debate: "Se ha limitado a un cruce de eslóganes".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de agosto de 2010