He leído las declaraciones de Oriol Amorós, secretario de Inmigración de la Generalitat, anunciando de forma un tanto chulesca que aplicará la polémica ley de acogida a emigrantes, "diga lo que diga el Tribunal Constitucional".
¿Dónde queda para este político el respeto a las reglas del Estado de derecho? ¿Se imaginan por un momento que yo como ciudadana catalana decidiera no cumplir con los impuestos, las normas y leyes de mi Gobierno autónomo, "diga lo que diga la Generalitat"? Me preocupan y avergüenzan unos gobernantes que exigen tener un poder absoluto e incontestable, no admiten ningún control de la justicia e incumplen el marco legislativo y las leyes que no les gustan. Así, señor Amorós, vamos camino de la república bananera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de agosto de 2010