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Análisis:EL ACENTO

Shakira, dentro y fuera

El Ayuntamiento de Barcelona podría multar a la cantante Shakira con 380 euros por bailar en una fuente pública y viajar en moto sin casco por las calles de la ciudad. Las infracciones se produjeron durante el rodaje del videoclip de Loca, para el que la productora de la artista no había solicitado los correspondientes permisos municipales. Resulta llamativo que la preocupación mayor del Consistorio sean las infracciones cometidas en el interior del rodaje, y no el hecho mismo de rodar sin permiso. Pero más llamativo todavía es que, para justificar una decisión que, en realidad, no exigía ninguna, haya lamentado que una persona mundialmente famosa no predique con el ejemplo virtudes cívicas como el respeto a los monumentos o las normas viales.

Los fans de la cantante tendrán que ir haciéndose a la idea de que en democracia nadie está por encima de la ley, y tampoco Shakira. Tendrán que asumir, además, que el olvido de la productora ha abierto las puertas a que le caiga encima todo el peso de la ley, aunque tan sonora expresión se traduzca en la cifra de 380 euros. Pero, por otra parte, esos mismos fans tendrían todo el derecho a preguntar al Ayuntamiento de Barcelona dónde quiere exactamente que Shakira predique con el ejemplo. No pensando en un lugar u otro de una de las ciudades del mundo que más rodajes publicitarios y cinematográficos acoge, sino en el contexto en el que debería hacerlo. En concreto, si el Ayuntamiento espera que el ejemplo lo ofrezca dentro o fuera de los videoclips.

En realidad, se trata de una duda que podría resultar determinante para el futuro de la artista y de su éxito. Porque imagínese por un instante que, a fin de dar ejemplo dentro del videoclip, y no fuera, Shakira tuviera que aparecer en él según manden las ordenanzas municipales de la ciudad de rodaje, aunque la productora contase con todos los permisos. Esto es, que si se pasea en moto sea con casco y que si baila junto a una fuente no se le ocurra subirse. Y no digamos nada de las ordenanzas sobre el vestido.

Por descontado, el ejemplo que daría dentro del videoclip podría restablecer la urbanidad de antaño. Pero al coste de dejar de ser, fuera de él, la mundialmente famosa Shakira.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de agosto de 2010