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CARTAS AL DIRECTOR

Las complicaciones del transporte

Imaginemos que uno quiere ser consecuente con sus ideas, que no quiere viajar en avión, que ni quiere ni tiene coche. Imaginemos que quiere moverse libremente por la Península con transporte público, minimizando la contaminación que individualmente produce.

Pero no. El transporte aquí está organizado, si no con mala intención, sí con muy poca cabeza. Porque ¿acaso es normal que los horarios estén establecidos de tal manera que, si no eres de Madrid, no exista posibilidad de empalmar dos trenes en las estaciones principales? ¿Y por qué no hay trenes nocturnos? Yo creo que nunca se han planteado que deba existir esa coordinación porque no creen que nadie quiera cruzar la Península en transporte público. Pero estaría bien que se lo plantearan porque esas personas existimos y, a pesar de que intentamos ser consecuentes con nuestras ideas, la forma en que está organizado el transporte público nos lo pone muy difícil.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de agosto de 2010