"Estuvieron a punto de matarles. Les dábamos casi por muertos. Creímos que era una causa perdida. Fue el momento más difícil", explicó ayer a EL PAÍS desde Burkina Faso Mustafá Ould Liman Chafi, el mediador con los secuestradores de los cooperantes españoles. Chafi se refiere al ataque franco-mauritano frustrado contra Al Qaeda para liberar al rehén Michel Germaneau, el 22 de julio. Poco después Germaneau fue asesinado, lo que hizo temer por la vida de los españoles.
Albert Vilalta y Roque Pascual viajaban anoche, al cierre de esta edición, hacia Barcelona desde Burkina Faso. "Estamos felices. Es un gran día para nosotros", dijo Vilalta antes de despegar. En un archivo de audio remitido a EL PAÍS, Al Qaeda asegura que la liberación ha sido posible porque se han cumplido sus peticiones y añade que lo sucedido es una lección para el espionaje francés.
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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, agradeció ayer la ayuda prestada por los Gobiernos de Burkina Faso, Malí y Mauritania. "Este es el punto final de una acción terrorista que nunca se debió producir", declaró.
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Editorial en la Página 20
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de agosto de 2010