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CARTAS AL DIRECTOR

El contrapunto necesario

Dispuesto siempre al encuentro y en ocasiones al encontronazo, Carlos Mendo se sumergía en un entorno ideológico mayoritariamente antagonista y aun hostil, moderadores incluidos, emergiendo socarrón con discursos a contrapelo que soliviantaban a no pocos alrededor, entre los cuales me incluyo. Me refiero, claro, a los artículos de EL PAÍS y las tertulias de la SER. A pesar de encontrarse en franca minoría, su gran peso específico no le impedía dar un punto de equilibrio a los foros de opinión de dichos medios, demasiado lastrados en ocasiones. Un equilibrio necesario para los que nos resistimos a la tentación de escuchar una única voz, aunque sea aquella con la que nos identificamos, porque algo nos viene diciendo que ese no es el camino. Pues ahí, precisamente ahí, se encontraba, yo creo, la mayor valía de Mendo: en no renunciar al incómodo contra mí en favor del cada vez más regalado y extendido conmigo. Un afectuoso recuerdo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de agosto de 2010