El hombre localizado muerto el pasado sábado en una zona de marismas de Orio murió de un disparo de escopeta en la cabeza, según confirmaron ayer a EL PAÍS fuentes de la investigación. Como ya adelantó este diario, el cadáver presentaba heridas por arma de fuego. El cuerpo pudo permanecer abandonado durante más de una semana en el lugar donde fue finalmente encontrado por un particular.
No hay más novedades sobre la identificación del cuerpo, mientras la Ertzaintza continúa sus investigaciones para esclarecer el caso, que se encuentra bajo el secreto de sumario. Solo ha trascendido que se trata de un varón de raza blanca y de unos 40 años.
El cadáver fue localizado en torno a las cuatro de la tarde del pasado sábado, cuando una persona que paseaba por el lugar descubrió los restos y alertó a SOS-Deiak. Agentes de la Ertzaintza trasladaron ese mismo día el cuerpo, en avanzado estado de descomposición, al Servicio de Patología Forense de San Sebastián para practicarle la autopsia.
La Ertzaintza trata de determinar si la identidad de la víctima pudiera corresponderse con la de alguna persona desaparecida en el País Vasco o en alguna comunidad limítrofe. En principio, su perfil no coincide con el de ninguna de las personas que figuran como desaparecidas en la base de datos de Interior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de agosto de 2010