Ayer habló Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal. Vino a decir que si la economía estadounidense necesita más estímulos allí está él para lo que haga falta. Lo hizo el día que se supo que la primera economía del mundo ha crecido menos de lo que se había anunciado. Bastó para calmar a los mercados y que emprendieran una senda alcista.
Y es que ayer era una jornada de compras. Otro día similar, con la constatación sobre la mesa de que la recuperación peligra en Estados Unidos y con una declaración parecida, los mercados podrían haberse despeñado. Podrían haber interpretado que detrás del discurso de Bernanke se escondía una situación económica -futura, que es a lo que se apuesta en Bolsa- peor de lo que reflejan los datos y sacar a la venta todo el papel que tuvieran a mano. Ayer no. ¿Porque es agosto? Quién sabe.
Las compras se tradujeron en ganancias. El Ibex avanzó un 1,44%. Lo suficiente para consolidar los 10.000 puntos -acabó en 10.148,2 puntos- y finalizar la semana con avances tras dos semanas a la baja.
Lo mismo vale para el resto de Europa, aunque menos, porque para eso sus ganancias fueron menores. El indice selectivo que quedó más cerca del español fue el CAC 40 francés, que subió un 0,93%. Tras él, el paneuropeo EuroStoxx 50.
Del tono optimista, sacaron partido casi todas las empresas cotizadas del Ibex. Solo dos de las 35 que ponderan en el selectivo acabaron en rojo: Iberia (-0,27%) e Indra (-0,19%). La aerolínea ha vuelto a ganar dinero entre abril y junio tras seis trimestres con pérdidas. Pero la noticia no fue suficiente para que los inversores compraran sus acciones.
Entre los beneficiados del día, el resto, destacó Ferrovial. La constructora de la familia Del Pino ganó un 2,89%. Le siguió Técnicas Reunidas (-2,62%) y Abengoa (-2,53%).
El eco de las palabras de Bernanke también resonó en el mercado de materias primas. El barril brent, referencia del precio en Europa, subió hasta los 76,5 dólares, bastante por encima de los 75 que se pagaban el jueves.
El euro, por su parte, también sacó provecho. La moneda europea le ganó terreno a la estadounidense. Al fin y al cabo, y aquí sí que parece haber algo de lógica, la recuperación estadounidense peligra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de agosto de 2010