El perforista Víctor Segovia, de 48 años y cinco hijos, escribe todo lo que acontece en el refugio. A la familia le contaba que todo iba bien. Pero en una carta se ha sincerado con su esposa, Soledad Moreno. "A ti no voy a mentirte', me dijo. No sabe cómo no se ha vuelto loco ya en ese cerro, tiene mucho miedo", dice Soledad. La intención de Víctor Segovia es publicar un libro cuando salga. "Él es como muy padentro y se desahoga escribiendo. Pero lo que le apasiona es la música. En casa tiene una habitación con un órgano, guitarra eléctrica, acústica, acordeón...", comenta su esposa.
A Marisa, su hija de 23 años, le ha escrito: "Hija, cuando salga vas a ver el cambio de mi vida. Gracias por la muestra de cariño, que harta falta me hace en esta eterna soledad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de agosto de 2010