En30 días, el Gobierno deberá tener listos unos Presupuestos para 2011 que deben aplicar el mayor recorte del gasto de la democracia. Estos días, la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, explica a sus compañeros de departamento que tendrán que manejarse con una dotación equivalente a la que había en 2006. Ese retroceso de cinco años de golpe responde al principal compromiso que ha adquirido el Gobierno ante Bruselas y los mercados: reconducir el desbocado déficit público (11,2% del PIB en 2009) hasta un 6% el año próximo.
Para ello, los ministerios dispondrán en general de un 16% menos de recursos. Se salva la partida de investigación y desarrollo, que desciende, pero menos de esos dos dígitos. Los recortes conviven con un aumento del pago de intereses de la deuda, que aumenta al ritmo del endeudamiento del país, y con un gasto en desempleo que aún superará el de 2010. Con esos elementos, la ministra afronta la difícil tarea de cuadrar un presupuesto que desciende un 7,7% respecto al de 2010.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de agosto de 2010