El antiprogre es una caricatura patética del antimoderno del siglo XIX. El antimoderno combatía el progreso, el racionalismo, la Ilustración y el optimismo histórico. Nuestro antiprogre no, porque vive de todo ello.
- El antiprogre es en realidad un ultraprogre, un progre tan desengañado que no puede soportar el conservadurismo de su época.
- Lo siento por los viejos progres: si los antiprogres tuvieran un poco más de talento buscarían un objeto para su detestación más complejo y moderno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de agosto de 2010