Como cualquier familia, los Obama han aprovechado las vacaciones para hacer una pequeña redecoración de la casa. En esta ocasión se ha tratado exclusivamente de la oficina del prócer: el célebre Despacho Oval, escenario, entre muchas otras cosas, de tórridas aventuras de Bill Clinton con becarias y de sonadas dimisiones, como la de Richard Nixon. Michelle Obama ordenó que se tapizaran los sillones y que se cambiara el papel pintado. Todo made in USA. La pintura para el ribete de la habitación es de producción nacional. El papel viene de Nueva York. La alfombra (crema y azul, los tonos que dominan, con el sello presidencial en el centro) la ha regalado una pequeña empresa de Michigan.
A petición de Obama, la compañía ha incrustado una serie de mensajes en la alfombra, las citas favoritas del presidente. Entre ellas: "Lo único a lo que tenemos que temer es al propio miedo", de Franklin D. Roosevelt. "El arco del universo moral es largo, pero se curva siempre hacia la justicia", de Martin Luther King.
Obama ha cambiado la silla de su escritorio por otra en cuero marrón fabricada en Nueva York. De allí proceden dos nuevos sofás, de una tela de Pensilvania, de color marrón claro, rojo, blanco y, por supuesto, azul. Ha sido un rediseño integral del lugar. Eso sí: los Obama no han querido entrar a discutir precios. "Algo parecido a lo que se gastaron los presidentes Clinton y George W. Bush en sus reformas", dice un escueto comunicado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de septiembre de 2010