Hace meses, con motivo de las elecciones presidenciales chilenas, me sorprendió que el mismo día de las votaciones y sin estar escrutado al 100% los votos, el candidato socialista se dirigiera al hotel donde estaba el conservador para felicitarle y ofrecerle su ayuda.
En la actual tragedia de los mineros sepultados, da gusto ver a todo un país unido buscando soluciones, a un Gobierno que aparte del Plan A para el rescate, tiene preparados tres o cuatro más, a unos sindicatos que buscan antes a los culpables que las indemnizaciones, a unos familiares educados y prudentes, y sobre todo emociona ver a los mineros cantando el himno chileno y gritando: ¡Viva Chile!
Hay países y la gente que los habita, que piensan que son democracias avanzadas pobladas por ciudadanos cultos y solidarios, yo pienso que muchos de esos países deberían aprender de Chile.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de septiembre de 2010