"Fue terrible. Me asusté. Da miedo ver a alguien jugar así". El relato es de la argentina Gisela Dulko, que a las 11 de la mañana, con 33 grados, 44% de humedad y Nueva York preparándose para el huracán que llega el viernes, juega la segunda ronda contra Victoria Azarenka. A partir del 3-1 la bielorrusa empieza a tambalearse. "Estaba pálida", recuerda Dulko, que no sabe que Azarenka se ha dado un golpe en la cabeza tras caerse calentando en el gimnasio. Con 5-1, la número 11 se desploma. Luego, abandona la pista en silla de ruedas, abatida por el golpe y el calor. ¿El diagnóstico? "Traumatismo leve".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de septiembre de 2010