Censuró durante las semanas más duras de agosto la política de prevención de la Xunta y aunque sin llegar a culpar directamente a la consellería de los incendios, programó ruedas de prensa diarias para señalar los fallos en el sistema de prevención y extinción del Gobierno gallego. Sin embargo, el PSdeG optó ayer por no hacer sangre en el primer pleno en el Parlamento tras las vacaciones y posponer sus críticas al final del verano.
Lejos de solicitar la comparecencia del titular de Medio Rural en la Mesa de Portavoces que programa el orden de la sesión plenaria, los socialistas pondrán el tiro en las políticas sociales en la reanudación del curso. Lo que no quiere decir que no vayan a fiscalizar la "política informativa" de Medio Rural. Su titular, Samuel Juárez, escuchará las críticas cuando termine el verano y se computen las hectáreas quemadas. Será entonces el momento para exigir responsabilidades y proponer alternativas a las políticas del Gobierno gallego.
Pese a no poder solicitar comparecencias del Gobierno por contar sólo con doce diputados, el Bloque sí presentará iniciativas ya la semana próxima para conocer las causas del fallecimiento de dos brigadistas en Fornelos de Montes el pasado agosto. Un informe de la Guardia Civil detectó irregularidades en el funcionamiento de esa brigada y desmintió la tesis de la Xunta de que el incendio había sido provocado con un mechero que prendió en cuatro partes distintas. El portavoz parlamentario del Bloque, Carlos Aymerich, se quejó de la formación de los cuerpos de extinción y censuró el apagón informativo de la Xunta que se negó a dar datos sobre los fuegos de menos de veinte hectáreas.
"Desastre" en Educación
Por su parte, el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, comparecerá en la Cámara para explicar las gestiones del Ejecutivo encaminadas a que la planta de Reganosa no pierda la mayoría de capital gallego. Los socialistas intentaron sin éxito -los populares vetaron por extemporánea esa comparecencia- subir a la tribuna al conselleiro de Educación "por el desastre en que convierte cada comienzo de curso". Tanto socialistas como nacionalistas cargaron contra el "fracaso" del programa Abalar que prometía llevar ordenadores portátiles a las aulas ya este comienzo de curso. Educación no ha cumplido aún su promesa y carga la responsabilidad sobre Coremain, la empresa que debería suministrar los equipos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de septiembre de 2010