¿Qué tal se ve en la peli? Bien con el proceso y el trabajo. Ha sido difícil meterme en la piel de alguien que atraviesa un duelo tan peculiar. Y luego, rodar con una niña de cuatro años
Ya decía Hitchcock que el que trabaja con niños y perros Solo me queda trabajar con Charles Laughton, que era la tercera parte de la frase
Pues la cría parece dotada de un talento descomunal para la interpretación. No es realmente consciente. Se lo tienes que plantear como un juego y hacerle creer que tu personaje eres tú.
¿Por qué Mañas ha pasado ocho años sin rodar? Se fue a Nueva York por cuestiones personales. Ha estado escribiendo.
¿Cómo se convenció para aceptar un personaje que se trasviste? Me conmovió porque tengo la paternidad muy reciente. Es un tópico, pero por un hijo harías cualquier cosa. Cuando tienes un hijo, te conviertes en un personaje secundario.
¿Y se ha fijado más en 'Mi querida señorita' o en la 'Señora Doubtfire'? El personaje de José Luis López Vázquez ha sido una referencia en el sentido de que queríamos huir de lo grotesco, que no hubiese elementos pop en el personaje. Las condiciones y el talento de Robin Williams me temo que no los tengo.
Queda la sensación de que la de abogado de familia es una de las profesiones más duras del mundo Hablé con algunos y sí, es jodido. Se trata de lidiar con el fracaso en el amor todos los días.
¿Y los locales de transformismo? Hace mucho que los dejé; de joven, si te quedabas hasta demasiado tarde, eran la única opción para continuar la juerga. Ahora soy un tipo responsable.
Como hijo de la maestra de actores Cristina Rota, ¿cree que la interpretación se puede enseñar? Se puede aprender. Y se puede enseñar, desde que hay escuelas en España el nivel ha mejorado.
¿Diría, como Woody Allen, que los españoles son los mejores actores del mundo? Es una apreciación demasiado subjetiva para establecer clasificaciones. No es como el fútbol, que ahí, sí, somos campeones, y eso es inapelable. P
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de septiembre de 2010