Últimamente se lee por ahí que el presidente del Gobierno de España querría apuntarse un tanto al presentar como una medida de ahorro público "la eliminación de la cartera de Ciencia y Tecnología" para integrarla en un superministerio en el que estaría Educación o Industria, o qué sé yo.
Apostar por este tipo de medidas en tiempos de crisis es como cortar la luz en una oficina: ahorras, sí, ¡pero estás a oscuras!
Apostar por una medida así es perder credibilidad y confianza en el contexto internacional. España abrió expectativas contrarias con la creación de este ministerio en la comunidad científica internacional y así lo afirmaron, en su día, todas y cada una de las sociedades y organismos científicos de este país. Sin embargo, un frenazo en este momento, alerta de que España abandona el camino emprendido al sustituir el cemento por el conocimiento; por si alguien, ahí fuera, en el mundo, tenía alguna duda, estamos dejando claro que la investigación no es un objetivo prioritario para nuestro país.
Recortar en I+D, en tecnología o en investigación científica en cada crisis de Gobierno o en cada bandazo económico es la mejor fórmula para mantener a un país en los puestos de cola de todos los rankings; estaremos en la cola de todas las "excelencias" que tanto les gustan a los burócratas europeos.
Aunque hayamos ganado el Mundial...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de septiembre de 2010