Perplejo. Así es como se queda uno leyendo las declaraciones del presidente de la Comisión Europea cuando dice tajantemente que si queremos ganar competitividad "debemos trabajar más y más tiempo". Don José Manuel Durão Barroso debería empezar dando ejemplo y procurando que no se escaqueen sus diputados que, pese a la dieta de 298 euros diarios que se embolsan, dejaron los escaños vacíos cuando se discutían las inquietantes deportaciones de ciudadanos rumanos y búlgaros en Francia. También en un reportaje de una televisión alemana pudimos ver cómo algunos eurodiputados fichaban a primera hora del viernes, maleta en mano, para no perder ni la dieta ni el avión. Aunque si se generalizase el mismo horario y un sueldo similar, el resto de ciudadanos europeos nos sentiríamos felices y optimistas, que nos hace falta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de septiembre de 2010