De negro en lugar de blanco, arrodillado en el suelo con sus brazos victoriosos, rabia y satisfacción incontenidas por lo épico de su victoria. En superficie hostil cual héroe de cómic hecho real. La garra y el equilibrio unido en un solo cuerpo.
Palabras siempre acertadas, comedidas, de respeto y admiración por el adversario, a pesar de haberlo vencido. Perseverante ante la adversidad, inmune a la presión, ajeno a la vanidad, concentrado en su quehacer. Lo tiene todo, es consciente de ello y sabe ser agradecido.
Se esfuerza en parecer vulnerable pero los hechos vienen a desmentirlo, porque ganar como él lo hace lo muestra como invencible. Define sus objetivos y no los incumple nunca. Su nombre sin duda es sinónimo de campeón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de septiembre de 2010