Rafa Nadal aterrizó ayer por la mañana en Barajas tras haberse convertido en el campeón más joven de los cuatro grandes del tenis. Lo hizo sin la copa de vencedor del US Open, que se la enviarán a casa, pero con la modestia intacta. El pentacampeón de Roland Garros dijo que era "una barbaridad" que se le considerara el mejor de todos los tiempos. "No puedo decir que sea el mejor deportista español de la historia, primero porque no tengo ni idea y segundo porque es una arrogancia", aseguró. Por la noche, Nadal fue al Santiago Bernabéu, donde recibió sobre el césped, antes del partido entre el Madrid y el Ajax, el aplauso de los aficionados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de septiembre de 2010