Lo del Toro de la Vega me parecía una barbaridad hasta que vi la foto de Uly Martín que acompañaba el artículo publicado el pasado 15 de septiembre en la sección sociedad titulado Tordesillas, otra vez.
La imagen es bellísima.
Parece la escenificación de un grabado medieval.
He entendido a la alcaldesa cuando aplica el calificativo de fantástico al festejo.
¿Cómo puede ser tan bella la crueldad?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de septiembre de 2010