El nuevo comunicado de ETA no ha tenido como corolario un paréntesis en la violencia callejera. Apenas unas horas después de conocerse la disposición de la banda para reunirse con mediadores internacionales y de haberse celebrado una manifestación a favor de los nueve dirigentes de Ekin detenidos, los ataques de kale borroka regresaron a Bilbao. La quema de varios contenedores, así como daños materiales en vehículos y sucursales bancarias fueron las principales consecuencias de unos disturbios cometidos por cerca de una treintena de radicales, según confirmó ayer Interior.
Los primeros incidentes se registraron sobre las diez de la noche del sábado en el Casco Viejo de la capital vizcaína, donde un grupo de encapuchados rompió con mazas y piedras los cristales de las sucursales que La Caixa, Caja Rural y el Banco Popular tienen en la calle de Sombrerería. Los violentos también cruzaron contenedores en la zona de Unamuno, antes de darse a la fuga.
Los hechos más graves se registraron unas seis horas después en el barrio de Rekalde. En torno a las cuatro de la madrugada, varios desconocidos prendieron fuego a un total de siete contenedores de basura en las calles Benito Alberdi, Moncada, Carretera Larraskitu y Doctor Díaz Emparanza. El fuego causó daños a seis turismos y un ciclomotor, así como en las fachadas de un bloque de viviendas y un supermercado, lo que obligó a intervenir a los bomberos para sofocar las llamas.
Desde el pasado 7 de agosto, la violencia callejera suma ya un total de 19 ataques.
Gudari Eguna
La amenaza de la kale borroka no ha desaparecido pese al cese de acciones decidido por ETA. Más allá de los hechos, así lo revela el auto por el que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska decretó anteayer el ingreso en prisión de los nueve dirigentes de Ekin arrestados. La documentación intervenida en la operación desvela que los detenidos habían planificado actos de violencia callejera en Navarra para el próximo domingo si se prohibía una manifestación convocada con motivo del homenaje a los etarras muertos del Gudari Eguna.
Las algaradas callejeras cesaron entre el 3 de septiembre, dos días antes de la tregua, y el pasado jueves, cuando un artefacto casera explotó frente al Centro Municipal de Empresas de Vitoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de septiembre de 2010